Educar con serenidad es una forma efectiva y respetuosa de abordar las situaciones en las que los niños se encuentran nerviosos o agitados. Reconocer y atender las emociones de los niños es fundamental para ayudarles a desarrollar habilidades emocionales saludables y enseñarles a manejar sus emociones de manera adecuada.
Aquí te presento algunas sugerencias sobre cómo educar con serenidad cuando los niños/as están nerviosos:
Mantén la calma:
Es importante que los adultos se mantengan tranquilos y serenos frente a las situaciones que generan nerviosismo en los niños. Si los padres o cuidadores se estresan o pierden la paciencia, es probable que los niños también se vean afectados negativamente. Intenta respirar profundamente y mantener una actitud tranquila para transmitir seguridad y confianza a tus hijos.
Valida las emociones:
Reconoce y valora las emociones de los niños. Háblales sobre lo que están sintiendo y demuéstrales que entiendes su situación. Puedes decirles cosas como: «Veo que te sientes nervioso en este momento, es normal sentirse así cuando enfrentamos algo nuevo». La validación emocional les ayuda a sentirse comprendidos y les enseña a reconocer y expresar sus emociones de manera saludable.
Proporciona un entorno seguro:
Crea un ambiente seguro y acogedor para tus hijos. Esto implica establecer límites claros y consistentes, así como ofrecerles un espacio tranquilo donde puedan relajarse y recuperarse cuando están nerviosos. Un entorno seguro brinda a los niños la confianza necesaria para explorar y enfrentar nuevas situaciones sin temor.
Enseña técnicas de autorregulación:
Ayuda a los niños a desarrollar habilidades de autorregulación emocional. Puedes enseñarles técnicas de respiración profunda, meditación o visualización, que son útiles para reducir la ansiedad y el estrés. Además, fomenta actividades como el ejercicio físico, el juego creativo y la música, que les ayudan a liberar tensiones y relajarse.
Establece rutinas y estructura:
Los niños se sienten más seguros cuando tienen una rutina establecida y saben qué esperar. Establecer horarios regulares para las comidas, el sueño, el tiempo de juego y las tareas escolares les brinda una sensación de estructura y control. Esto puede ayudar a reducir la ansiedad y los sentimientos de nerviosismo.
Fomenta la comunicación abierta:
Promueve un ambiente de comunicación abierta y respetuosa en el hogar. Anima a tus hijos a expresar sus emociones y preocupaciones, y asegúrate de escucharlos activamente sin juzgar ni minimizar sus sentimientos. La comunicación abierta fortalece los lazos familiares y permite a los niños sentirse apoyados y comprendidos.
Recuerda que educar con serenidad no significa evitar los desafíos o dificultades, sino abordarlos de manera calmada y compasiva. Al enseñar a los niños a gestionar sus emociones y afrontar situaciones de nerviosismo, les estás proporcionando herramientas valiosas para su desarrollo emocional y les estás enseñando a enfrentar los desafíos de la vida de manera positiva y constructiva.
Te espero en el próximo post.
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